16 de mayo de 2012

Las brumas de Avalon


La Diosa lo es todo en la Naturaleza y todo en la Naturaleza es sagrado. Mira a los árboles, las flores silvestres, ésa es su cara. Escucha al viento y el canto de los mirlos, ésa esa es su voz... Está en todo lo que es hermoso, y también en todo lo que es doloroso. La Diosa mantiene el equilibrio entre todas las cosas. El Bien y el Mal, la muerte y la resurrección, el predador y la presa. Sin ella, reinarían el caos y la destrucción...
Y así empezó mi iniciación en los secretos de Avalon. Un camino que me llevaría a convertirme en sacerdotisa de la vieja religión. Gradualmente, empecé a ver a la madre Diosa como a mi propia madre y también como la madre de la Tierra.
Pero para convertirse en sacerdotisa no sólo hacía falta conocimiento; también era necesario adquirir poder sobre los elementos, uno a uno. Pasaron años hasta que estuve preparada para la prueba más importante de todas: abrir las brumas de Avalon.
Las Brumas de Avalon, modificado

 

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